Preguntas frecuentes

¿Qué diferencia tiene esta consagración de las demás consagraciones a María?
Todas las consagraciones a María son buenas y válidas, pero la esclavitud mariana tiene una particularidad que las demás consagraciones no tienen, es que por esta consagración uno se entrega por entero a Jesús a través de María (alma, cuerpo, bienes materiales y bienes espirituales) con todo lo que es, mientras que en las otras consagraciones marianas solamente se pone bajo la protección de María. Con esta consagración entregamos incluso el valor de nuestras buenas obras (bienes espirituales) para que Ella las disponga a su gusto para la mayor gloria de Dios. Este punto distingue la esclavitud mariana de todas las demás consagraciones y la hace única y preciosa a los ojos de Dios pues es la total renuncia y abnegación de uno mismo.


¿Por qué se la llama "método de los 33 días"?
Porque consiste en 33 días de preparación, previos al día de nuestra consagración, que San Luis María Grignon de Montfort dispuso con el fin de realizar un progresivo avance espiritual, para que abandonando todo lo que nos aparta de Dios, junto con las oraciones y sacrificios necesarios, se logre el objetivo de encontrar a Jesús como fin único de nuestra vida terrenal y eterna.


¿Quién puede hacer la total consagración?
¡Todos!
Todos aquellos que desean vivir su bautismo, es decir, todos los que quieran ser santos pueden y deben hacer esta consagración, pues la Santa Esclavitud de Amor a Jesús por María es necesaria para todos:
Para los principiantes, ¡es luz!
Para los flojos, ¡fuerza!
Para los fervorosos, ¡ideal!
Para los santos, ¡heroísmo!

¿Que ocurre cuando nos consagramos a María como sus esclavos de amor?
Nosotros confirmamos la soberanía de Dios y de la Santísima Virgen en nuestras vidas, entregando TODO lo que somos y lo que tenemos a Jesús por las manos de María. Aquí, TODO quiere decir TODO. Nuestro cuerpo con todos sus sentidos, nuestros bienes materiales y nuestra alma con todas nuestras riquezas espirituales, nuestros pensamientos, nuestros deseos y voluntades. Así mismo los méritos de nuestras oraciones, sacrificios y buenas obras pasan a pertenecer a María Santísima para que Ella pueda usarlos como quiera. Por la Santa Esclavitud de Amor pasamos a no poseer nada más. Todo pasa a ser de María, para que de este modo todo pueda ser de Dios.

Tomado de: http://www.arcademaria.com y de http://www.consagracionamaria.com.ar