Esta espiritualidad consiste en una total consagración a la Virgen, con la entrega de todo lo que somos y tenemos para que a través de ella podamos pertenecer más perfectamente a Dios. La finalidad de esta total entrega es la de unirnos a Jesucristo y hacernos crecer en su gracia. Nos entregamos totalmente a María para que ella nos enseñe a cumplir en nuestras vidas la santísima voluntad de Dios.
Por la Total Consagración, renovamos nuestras promesas bautismales, y recuperamos la conciencia de nuestro estado de pertenencia a Dios. Todo eso a través de María, como Jesús quiere, para que Ella nos enseñe a ser fieles a nuestra adhesión a Cristo y a la renuncia de todo mal.
Tomado de: http://www.arcademaria.com